domingo, 6 de octubre de 2013



Charlar con delfines es el mejor entrenamiento para un futuro diálogo con extraterrestres








EL SEXTO SENTIDO: LA ECOLOCACIÓN.
Una de las características más relevantes de los delfines es el desarrollo de un sexto sentido que en los seres humanos apenas está desrrollado: La ecolocación por ondas ELF. Los delfines y otro cetáceos, pero en especial los delfines poseen la capacidad de emitir ondas acústicas complejas que se desplazan por el agua a 4,5 veces la velocidad del sonido en el aire. Esta capacidad hace fácil comunicar con poblaciones que se encuentran al otro lado del globo en unas pocas horas. La comunicación de los delfines no se limita únicamente a la emisión de señales biofísicas o vitales, sino a conocimiento, creatividad, emociones y comportamiento social ético, tal y como ya señalaba el Dr. Fleury en 1979.
Recientemente en pruebas de investigación en delfinarios, se ha podido demostrar que los delfines identifican objetos que no pueden ver. El sexto sentido de los delfines no se limita a una señal de sonar, sino que implica conductas complejas basadas en el conocimiento del medio y la toma de decisiones coordinadas con el grupo de forma inteligente y creativa.
Al igual que el ser humano ha desarrollado una cultura social y tecnológica basada en el conocimiento sensorial y percepción visual del medio físico y la habilidad tecnológica, el delfín ha desarrollado la capacidad holográfica acústica, y toda su cultura se basa en la comunicación afectiva y emocional. El complejo mundo de la inteligencia de las emociones, no puede entenderse sin estudiar a los delfines, pues en ellos las emociones profundas y el sentido ético están más desarrollados que en los seres humanos.
La comunicación entre los delfines reviste especial interés, dado que su lenguaje es consuetudinario, armónico, acústico y emocional, de hecho, su espectro de ondas cerebrales reviste un rango más amplio que el humano en el estado alfa y beta consciente. (Entre los 7Hz y los 13Hz) frente al rango de los (10-13Hz) del ser humano, lo que induce a los científicos a pensar que el rango de consciencia en la toma de decisiones de los delfines es mayor que el nuestro. La consecuencia de esta circunstancia es la mayor creatividad, que se manifiesta de forma espontanea en el delfín en la toma de decisiones y resolución de problemas en su medio natural.
El delfín presenta características únicas que demuestran una inteligencia no tecnológica avanzada: Es capaz de sincronizar coreografías coordinadas con el resto de los componentes del grupo asumiendo roles complementarios instantáneos respecto al resto, algo que en el caso de los seres humanos requiere pacto y ensayo previo. No es el caso de los delfines que toman las decisiones de forma creativa, coordinada e instantánea rotando el liderazgo en el grupo y los roles complementarios sin generar conflictos, y resolviendo problemas complejos, tanto en las cuestiones de aprendizaje, como de subsistencia en el medio y finalmente en las actividades creativas placenteras.
Los delfines practican actividades deportivas en su medio, por el mero placer de divertirse, al igual que los seres humanos hacemos, juegan por mero placer, pero también son conscientes de los peligros que les acechan, y su sistema ético les permite defenderse con inteligencia tan sólo en legítima defensa, para salvar sus vidas y las del grupo. Un delfín puede provocar si lo desea la muerte de su depredador natural (el tiburón), generando un campo de ondas acústicas en círculo y una aceleración de sus saltos, que termina aturdiendo al depredador e incluso poniéndolo a merced de otros depredadores, o arrastrarlo a zonas donde el depredador no puede desenvolverse vitalmente.
Sin embargo, sólo usa estas armas en los casos extremos, y no busca conductas vengativas. Su código ético no se lo permite, tal y como explica Fleury.
COORDINACIÓN EN SALVAMENTOS.
Son innumerables los casos de salvamentos marítimos de náufragos y testimonios agradecidos a los delfines en tareas espontáneas de rescate. El código ético de los delfines y su incondicional atracción hacia los seres humanos, les hace distinguir claramente cuando un ser humano o un grupo de seres humanos está en peligro dentro del medio natural del delfín. Esta circunstancia les hace innovar condiciones coordinadas de rescate de seres humanos en innumerables emergencias desde que se tienen datos contrastados. Un ejemplo de ello, fue la grave tragedia del naufragio del Sirio en 1906, los delfines fueron claves en el rescate de muchos supervivientes que apenas sabían nadar.
CULTIVO DE GRANJAS MARINAS DE BANCOS DE PECES.
Una de las similitudes entre la inteligencia humana y la del delfín, se refiere a la capacidad de dirigir a otras especies del reino animal para su explotación y alimento. Al igual que los seres humanos gestionan granjas de animales de los que obtienen alimento y otros recursos, los delfines dirigen a su antojo bancos de peces para su alimento como si de auténticas granjas marinas se tratara. Su sentido de la ecolocación les permite interactuar de forma coordinada en el aislamiento, agrupamiento y/o dirección de los bancos de peces de los que obtienen el alimento, de una forma creativa e inteligente
COMUNICACIÓN ENTRE HUMANOS Y DELFINES Y SU NIVEL TERAPÉUTICO.
Pero sin duda, la comunicación con las criaturas más inteligentes del planeta alcanza su esplendor en las terapias de interacción de los delfines con los niños con necesidades especiales o con capacidades extendidas. No hay duda que la comunicación emocional es una de las claves del delfín y su punto fuerte a la hora de relacionarse con los seres humanos.
Concluímos con Fleury, asintiendo su afirmación necesaria, cuando asegura que existen Inteligencias avanzadas no basadas en la tecnología en el Universo. Es con esas inteligencias con las que tenemos que aprender a comunicarnos. Para ello, es imprescindible que estudiemos y aprendamos del delfín, ya que sus capacidades, sus valores y su ética nos ayudaran a cambiar muchas de las carencias de un ser humano que ha puesto el énfasis únicamente en la Inteligencia práctica y tecnológica y no en el desarrollo de la inteligencia emocional, que ha hecho evolucionar el sexto sentido de los delfines a lo largo de millones de años. Si realmente queremos comunicar con Inteligencias extraterrestres, no nos quedará más remedio que aprender a respetar, admirar y a comunicarnos primero, con los delfines. Tenemos a la inteligencia más avanzada de la Tierra en situación crítica.
DENUNCIANDO LAS MATANZAS INDISCRIMINADAS DE POBLACIONES DE DELFINES.
Muchos experimentos militares, tránsitos indiscriminados de barcos, interferencias de telecomunicaciones por cableado marino y finalmente la pesca salvaje de los delfines y otros cetáceos, están poniendo en peligro a los delfines y demostrando que el ser humano dita mucho de ser una criatura inteligente, sino un simple depredador tecnológicamente avanzado cuya inteligencia está en entredicho mientras no adopte un código ético de respeto y coherente con el amor al entorno de la naturaleza en la que habita.
La revista NewScientist, en su última edición, dedica un monográfico a la denuncia de las matanzas de delfines en Japón, apelando a los derechos humanos y a la conciencia.
Hacer daño a los delfines es inhumano, y debería estar penado con un tratamiento legal idéntico al homicidio. Los delfines son criaturas de inteligencia avanzada, más incluso que nosotros mismos. Si ya Fleury en 1979 nos advertía de las capacidades de los delfines y su sexto sentido, hoy 34 años después, hemos involucionado con respecto al delfín, pues seguimos perdiendo oportunidades de completar nuestra evolución como inteligencias emocionales, hasta que no nos demos cuenta del tesoro que estamos perdiendo como especie en el planeta Tierra.
Fundación EticoTaku 2013


 La regla por excelencia para ejercer una correcta diplomacia es el diálogo, la interacción en donde se comparte información a partir de un lenguaje en común. Y parece que aquel mítico momento en que los humanos interactuaremos abiertamente con los extraterrestres es algo inminente —si bien nadie tiene la certeza de cuando sucederá. Pero si la humanidad llegara finalmente a esa fiesta de seres extraplanetarios, ¿sabría cómo comportarse? Lo más probable es que no, empezando por la poca familiarización que hemos desarrollado con lenguajes no humanos.
Recientemente el Telescopio Espacial Kepler anunció que estamos entrando a una nueva bonanza multiplanetaria. Se ha confirmado que compartimos universo con decenas (tal vez millones) de sistemas solares que muy probablemente incluyen planetas capaces de albergar distintas formas de vida. Tomando en cuenta esto, parece pertinente irnos preparando para el diálogo con extraterrestres y al parecer una de las mejores maneras de ejercitarnos es charlar con delfines.

En el Wild Dolphin Project, con sede en Júpiter, Florida, parecen estar de acuerdo con esta hipótesis lingüística e investigadores de distintas partes del mundo acuden a este centro para entrenarse con miras a un futuro contacto. La bióloga conductista Denise Herzing comenzó estudiando delfines delfines fuera de cautiverio en las Bahamas hace dos décadas. Y con el tiempo notó que los delfines curiosamente buscan la compañía humana. “Es fascinante, vamos a ver si podemos llevarlo más lejos”, afirma Herzing. “Muchos estudios se comunican con los delfines, especialmente en cautiverio, utilizando un pescado como recompensa. Pero es raro pedir a los delfines que se comuniquen con nosotros”, agregó.

Históricamente el delfín es un animal que ha maravillado a la ciencia por sus distintivas inteligencia y sensibilidad. Los delfines tienen sofisticados cerebros con un notable desarrollo en las regiones donde se gestan las más complejas habilidades mentales entre los humanos. Además, mantienen una elaborada estructura social: forman alianzas, distribuyen las labores dentro del grupo e incluso desempeñan personalidades particulares. Se han realizado experimentos enfrentando a delfines con espejos y los estudios concluyen que los delfines se reconocen, pues tienen conciencia del “yo”.

Todas estas cualidades de los delfines se traducen en un sorprendente potencial cognitivo: cuando reciben entrenamiento demuestran una particular facilidad para entender el lenguaje. Al parecer los delfines pueden acceder al cotizado mundo de la sintaxis. Ello se demostró a partir del trabajo de Louis Herman, quien junto con su equipo en el Dolphin Institute, en Hawái, entrenó a delfines a reconocer cientos de palabras por medio de símbolos y confirmó que podían entender la diferencia entre enunciados imperativos, declarativos e interrogativos, así como el hecho de que si el orden de las palabras dentro de un enunciado varía, también cambia su significado.

Desde hace más de una década el instituto SETI (Search for Extraterrestrial Inteligence) se ha dedicado a monitorear posibles formas de comunicación o mensajes codificados transmitiéndose en el espacio exterior. Laurance Doyle, una investigadora de este centro, ha llevado a cabo estudios sobre la comunicación entre animales buscando prepararse para un eventual contacto con extraterrestres. Para ello Doyle utiliza la teoría de la información, una rama de las matemáticas que estudia la estructura y relación de la información, para analizar señales de radio con la esperanza de detectar cuando estamos frente a una transmisión inteligente emitida desde algún punto fuera de nuestro planeta.

Gracias a los métodos de la Teoría de la Información, los investigadores del Instituto SETI pueden filtrar las masivas cantidades de data que reciben a través de ondas de radio, en busca de señales que sugieran una naturaleza lingüística o una comunicación inteligente. Esta rama matemática les permite decodificar datos aparentemente aleatorios en estructuras binarias, gracias a lo cual hoy sabemos con certeza que en el caso de los delfines los adultos están enviando información concreta cuando silban, pero no así los bebés, ya que estos simplemente balbucean hasta que maduran y aprenden el lenguaje de su especie. También se ha podido confirmar que las ballenas jorobadas se comunican respetando reglas de sintaxis y gramática. “Siempre durante las reuniones en SETI nos preguntamos ‘¿Estamos solos?’, y no, no lo estamos, hay muchos animales que se comunican aquí mismo que no podemos entender”.

 Joan Ocean dice que los delfines le enseñaron a comunicarse telepáticamente, lo cual, además de conquistarle una magnífica relación con todos los cetáceos, le ha permitido entablar conversaciones y recibir visitas de extraterrestres o “personas de las estrellas.” Aunque para muchos estas afirmaciones parecen ser los desvaríos de una persona demente o la manipulación de un culto new age, al menos Ocean mezcla conceptos como los delfines, la teleportación, los portales dimensionales en el fondo del mar y los extraterrestres con cierta frescura y alegría.
Joan Ocean entró en contacto con los delfines a través del brillante —y algo desquiciado— científico estadounidense John Lilly, quien experimentara comunicándose con estos mamíferos usando LSD y ketamina (en alguna ocasión incluso dosificando a un delfín con LSD). Lilly, quien inventó las cámaras de aislamiento, sostuvo que era posible comunicarse telepáticamente con los delfines y aprender su lenguaje. Algo que Ocean dice experimentar, hasta al punto de que lleva treinta años en Hawái organizando cursos y simposios de comunicación e interacción con delfines y ballenas —y en los últimos años con extraterrestres.

El mes pasado se llevó a cabo el simposio de Delfines y Teleportación en Hawái, organizado por Joan Ocean  y Laura Magdalen Eisenhower, esta última bisnieta del presidente Dwight Eisenhower. Y si las cosas ya estaban volando por dimensiones estrambóticas, un poco más de meta bizarría cósmica: Laura Magdalene dice ser un avatar de Isis-María Magdalena que ha sido invitada a una colonia secreta en Marte por programas secretos del gobierno de Estados Unidos, desde donde se ejerce una Matrix de control. Según Laura Magdalen, desde los años 80 se ha establecido esta colonia, a la cual se viaja vía teletransportación y donde se busca usar el poder de la sangre real (el santo grial) para inseminar una nueva civilización, al tiempo que la Tierra se destruye. Este sería el plan de la élite que controla el planeta y busca suprimir el espíritu del divino femenino de la Tierra, Gaia Sophia. Un usuario de Boing Boing ha escrito este genial limmerick inspirado en esta mujer-avatar:

There was a descendant of Dwight
whose speed was much faster than light
she went out to play
with the dolphins one day
and returned on the previous night.


Y es que ese es otra singularidad de este asunto: según Joan Ocean los delfines y algunos extraterrestres conocen las claves del viaje en el tiempo. Existen también naves espacial submarinas que atraviesan agujeros de gusano transocéanicos, algunas de las cuales han sido vistas por ella y su grupo de nadadores con delfines telepáticos, siguiendo el hilo azul de la comunicación cetácea.

Joan Ocean dice estar en contacto con entidades de Sirio, Artcurus, Andrómeda y las Pléyades, el grupo de extraterrestres que se confedera alrededor de la luz, una élite galáctica de seres super evolucionados que, cual ángeles, asisten el desarrollo espiritual del planeta.  La comunicación de estos seres, que de alguna manera están hermanados con los delfines, se da a través de telepatía: imágenes acústicas no-lineales de meta-sinestesia en las que, siempre según Joan, ve un rostro, pero también siente una emoción, escucha una voz, percibe una energía y en ocasiones incluso toda la historia del sujeto de esa comunicación.

Según Ocean las personas se pueden beneficiar enormemente de entrar en contacto con los delfines, ya que estos son capaces de sanar a través del sonido y enseñar conocimientos arcanos telepáticamente (y esto es algo que ella ofrece, convenientemente, en sesiones de nado con delfines en Hawái). Fueron los delfines los que le enseñaron a hablar el lenguaje de las estrellas y antes  a nadar cuando tenía 40 años (Joan recomienda girar debajo del agua imitando a los delfines para sanar el cuerpo energético y activar las espirales del ADN).  En esta entrañable relación, Ocean ha demandado a la fuerza naval de Estados Unidos por utilizar sonares que matan a las ballenas, argumentando que estas armas están siendo usadas expresamente para acabar con los cetáceos, una extraña guerra entre el gobierno secreto y las ballenas y los aliens.

No hay duda que todo esto es difícil de creer, pero suena bien, tiene cierta poesía: delfines telepáticos que emanan imágenes sónicas medicinales, que cuidan del mar, pastores de las naves intergalácticas que conocen los vórtices interdimensionales, los corales luminosos donde los seres de las estrellas sueñan con sus planetas y acaso pueden viajar en el tiempo. Esta es la sustancia de la cual están hechos los sueños de ciencia ficción, una rama de la imaginación que tiende a convertirse, tarde o temprano, en realidad.

 Luz, Amor Armonía Bendiciones!!!!
Uuk men Luum