Charlar con delfines es el mejor entrenamiento para un
futuro diálogo con extraterrestres
EL SEXTO SENTIDO: LA ECOLOCACIÓN.
Una de las características más relevantes de los delfines es el desarrollo de
un sexto sentido que en los seres humanos apenas está desrrollado: La
ecolocación por ondas ELF. Los delfines y otro cetáceos, pero en
especial los delfines poseen la capacidad de emitir ondas acústicas
complejas que se desplazan por el agua a 4,5 veces la velocidad del
sonido en el aire. Esta capacidad hace fácil comunicar con poblaciones
que se encuentran al otro lado del globo en unas pocas horas. La
comunicación de los delfines no se limita únicamente a la emisión de
señales biofísicas o vitales, sino a conocimiento, creatividad,
emociones y comportamiento social ético, tal y como ya señalaba el Dr.
Fleury en 1979.
Recientemente en
pruebas de investigación en delfinarios, se ha podido demostrar que los
delfines identifican objetos que no pueden ver. El sexto sentido de los
delfines no se limita a una señal de sonar, sino que implica conductas
complejas basadas en el conocimiento del medio y la toma de decisiones
coordinadas con el grupo de forma inteligente y creativa.
Al igual que el
ser humano ha desarrollado una cultura social y tecnológica basada en el
conocimiento sensorial y percepción visual del medio físico y la
habilidad tecnológica, el delfín ha desarrollado la capacidad
holográfica acústica, y toda su cultura se basa en la comunicación
afectiva y emocional. El complejo mundo de la inteligencia de las
emociones, no puede entenderse sin estudiar a los delfines, pues en
ellos las emociones profundas y el sentido ético están más desarrollados
que en los seres humanos.
La comunicación
entre los delfines reviste especial interés, dado que su lenguaje es
consuetudinario, armónico, acústico y emocional, de hecho, su espectro
de ondas cerebrales reviste un rango más amplio que el humano en el
estado alfa y beta consciente. (Entre los 7Hz y los 13Hz) frente al
rango de los (10-13Hz) del ser humano, lo que induce a los científicos a
pensar que el rango de consciencia en la toma de decisiones de los
delfines es mayor que el nuestro. La consecuencia de esta circunstancia
es la mayor creatividad, que se manifiesta de forma espontanea en el
delfín en la toma de decisiones y resolución de problemas en su medio
natural.
El delfín
presenta características únicas que demuestran una inteligencia no
tecnológica avanzada: Es capaz de sincronizar coreografías coordinadas
con el resto de los componentes del grupo asumiendo roles
complementarios instantáneos respecto al resto, algo que en el caso de
los seres humanos requiere pacto y ensayo previo. No es el caso de los
delfines que toman las decisiones de forma creativa, coordinada e
instantánea rotando el liderazgo en el grupo y los roles complementarios
sin generar conflictos, y resolviendo problemas complejos, tanto en las
cuestiones de aprendizaje, como de subsistencia en el medio y
finalmente en las actividades creativas placenteras.
Los delfines
practican actividades deportivas en su medio, por el mero placer de
divertirse, al igual que los seres humanos hacemos, juegan por mero
placer, pero también son conscientes de los peligros que les acechan, y
su sistema ético les permite defenderse con inteligencia tan sólo en
legítima defensa, para salvar sus vidas y las del grupo. Un delfín puede
provocar si lo desea la muerte de su depredador natural (el tiburón),
generando un campo de ondas acústicas en círculo y una aceleración de
sus saltos, que termina aturdiendo al depredador e incluso poniéndolo a
merced de otros depredadores, o arrastrarlo a zonas donde el depredador
no puede desenvolverse vitalmente.
Sin embargo,
sólo usa estas armas en los casos extremos, y no busca conductas
vengativas. Su código ético no se lo permite, tal y como explica Fleury.
COORDINACIÓN EN SALVAMENTOS.
Son innumerables
los casos de salvamentos marítimos de náufragos y testimonios
agradecidos a los delfines en tareas espontáneas de rescate. El código
ético de los delfines y su incondicional atracción hacia los seres
humanos, les hace distinguir claramente cuando un ser humano o un grupo
de seres humanos está en peligro dentro del medio natural del delfín.
Esta circunstancia les hace innovar condiciones coordinadas de rescate
de seres humanos en innumerables emergencias desde que se tienen datos
contrastados. Un ejemplo de ello, fue la grave tragedia del naufragio
del Sirio en 1906, los delfines fueron claves en el rescate de muchos
supervivientes que apenas sabían nadar.
CULTIVO DE GRANJAS MARINAS DE BANCOS DE PECES.
Una de las
similitudes entre la inteligencia humana y la del delfín, se refiere a
la capacidad de dirigir a otras especies del reino animal para su
explotación y alimento. Al igual que los seres humanos gestionan granjas
de animales de los que obtienen alimento y otros recursos, los delfines
dirigen a su antojo bancos de peces para su alimento como si de
auténticas granjas marinas se tratara. Su sentido de la ecolocación les
permite interactuar de forma coordinada en el aislamiento, agrupamiento
y/o dirección de los bancos de peces de los que obtienen el alimento, de
una forma creativa e inteligente
COMUNICACIÓN ENTRE HUMANOS Y DELFINES Y SU NIVEL TERAPÉUTICO.
Pero sin duda,
la comunicación con las criaturas más inteligentes del planeta alcanza
su esplendor en las terapias de interacción de los delfines con los
niños con necesidades especiales o con capacidades extendidas. No hay
duda que la comunicación emocional es una de las claves del delfín y su
punto fuerte a la hora de relacionarse con los seres humanos.
Concluímos con
Fleury, asintiendo su afirmación necesaria, cuando asegura que existen
Inteligencias avanzadas no basadas en la tecnología en el Universo. Es
con esas inteligencias con las que tenemos que aprender a comunicarnos.
Para ello, es imprescindible que estudiemos y aprendamos del delfín, ya
que sus capacidades, sus valores y su ética nos ayudaran a cambiar
muchas de las carencias de un ser humano que ha puesto el énfasis
únicamente en la Inteligencia práctica y tecnológica y no en el
desarrollo de la inteligencia emocional, que ha hecho evolucionar el
sexto sentido de los delfines a lo largo de millones de años. Si
realmente queremos comunicar con Inteligencias extraterrestres, no nos
quedará más remedio que aprender a respetar, admirar y a comunicarnos
primero, con los delfines. Tenemos a la inteligencia más avanzada de la
Tierra en situación crítica.
DENUNCIANDO LAS MATANZAS INDISCRIMINADAS DE POBLACIONES DE DELFINES.
Muchos
experimentos militares, tránsitos indiscriminados de barcos,
interferencias de telecomunicaciones por cableado marino y finalmente la
pesca salvaje de los delfines y otros cetáceos, están poniendo en
peligro a los delfines y demostrando que el ser humano dita mucho de ser
una criatura inteligente, sino un simple depredador tecnológicamente
avanzado cuya inteligencia está en entredicho mientras no adopte un
código ético de respeto y coherente con el amor al entorno de la
naturaleza en la que habita.
La
revista NewScientist, en su última edición, dedica un monográfico a la
denuncia de las matanzas de delfines en Japón, apelando a los derechos
humanos y a la conciencia.
Hacer daño a los delfines es inhumano, y debería estar penado con un
tratamiento legal idéntico al homicidio. Los delfines son criaturas de
inteligencia avanzada, más incluso que nosotros mismos. Si ya Fleury en
1979 nos advertía de las capacidades de los delfines y su sexto sentido,
hoy 34 años después, hemos involucionado con respecto al delfín, pues
seguimos perdiendo oportunidades de completar nuestra evolución como
inteligencias emocionales, hasta que no nos demos cuenta del tesoro que
estamos perdiendo como especie en el planeta Tierra.
Fundación EticoTaku 2013
La regla por excelencia para ejercer una correcta diplomacia es el diálogo, la interacción en donde se comparte información a partir de un lenguaje en común. Y parece que aquel mítico momento en que los humanos interactuaremos abiertamente con los extraterrestres es algo inminente —si bien nadie tiene la certeza de cuando sucederá. Pero si la humanidad llegara finalmente a esa fiesta de seres extraplanetarios, ¿sabría cómo comportarse? Lo más probable es que no, empezando por la poca familiarización que hemos desarrollado con lenguajes no humanos.
Recientemente el Telescopio Espacial
Kepler anunció que estamos entrando a una nueva bonanza
multiplanetaria. Se ha confirmado que compartimos universo con decenas
(tal vez millones) de sistemas solares que muy probablemente incluyen
planetas capaces de albergar distintas formas de vida. Tomando en
cuenta esto, parece pertinente irnos preparando para el diálogo con
extraterrestres y al parecer una de las mejores maneras de ejercitarnos
es charlar con delfines.
En el Wild Dolphin Project, con sede en
Júpiter, Florida, parecen estar de acuerdo con esta hipótesis
lingüística e investigadores de distintas partes del mundo acuden a
este centro para entrenarse con miras a un futuro contacto. La bióloga
conductista Denise Herzing comenzó estudiando delfines delfines fuera
de cautiverio en las Bahamas hace dos décadas. Y con el tiempo notó que
los delfines curiosamente buscan la compañía humana. “Es fascinante,
vamos a ver si podemos llevarlo más lejos”, afirma Herzing. “Muchos
estudios se comunican con los delfines, especialmente en cautiverio,
utilizando un pescado como recompensa. Pero es raro pedir a los
delfines que se comuniquen con nosotros”, agregó.
Históricamente el delfín es un animal
que ha maravillado a la ciencia por sus distintivas inteligencia y
sensibilidad. Los delfines tienen sofisticados cerebros con un notable
desarrollo en las regiones donde se gestan las más complejas
habilidades mentales entre los humanos. Además, mantienen una elaborada
estructura social: forman alianzas, distribuyen las labores dentro del
grupo e incluso desempeñan personalidades particulares. Se han
realizado experimentos enfrentando a delfines con espejos y los
estudios concluyen que los delfines se reconocen, pues tienen
conciencia del “yo”.
Todas
estas cualidades de los delfines se traducen en un sorprendente
potencial cognitivo: cuando reciben entrenamiento demuestran una
particular facilidad para entender el lenguaje. Al parecer los delfines
pueden acceder al cotizado mundo de la sintaxis. Ello se demostró a
partir del trabajo de Louis Herman, quien junto con su equipo en el
Dolphin Institute, en Hawái, entrenó a delfines a reconocer cientos de
palabras por medio de símbolos y confirmó que podían entender la
diferencia entre enunciados imperativos, declarativos e interrogativos,
así como el hecho de que si el orden de las palabras dentro de un
enunciado varía, también cambia su significado.
Desde hace más de una década el
instituto SETI (Search for Extraterrestrial Inteligence) se ha dedicado
a monitorear posibles formas de comunicación o mensajes codificados
transmitiéndose en el espacio exterior. Laurance Doyle, una
investigadora de este centro, ha llevado a cabo estudios sobre la
comunicación entre animales buscando prepararse para un eventual
contacto con extraterrestres. Para ello Doyle utiliza la teoría de la
información, una rama de las matemáticas que estudia la estructura y
relación de la información, para analizar señales de radio con la
esperanza de detectar cuando estamos frente a una transmisión
inteligente emitida desde algún punto fuera de nuestro planeta.
Gracias a los métodos de la Teoría de
la Información, los investigadores del Instituto SETI pueden filtrar las
masivas cantidades de data que reciben a través de ondas de radio, en
busca de señales que sugieran una naturaleza lingüística o una
comunicación inteligente. Esta rama matemática les permite decodificar
datos aparentemente aleatorios en estructuras binarias, gracias a lo
cual hoy sabemos con certeza que en el caso de los delfines los adultos
están enviando información concreta cuando silban, pero no así los
bebés, ya que estos simplemente balbucean hasta que maduran y aprenden
el lenguaje de su especie. También se ha podido confirmar que las
ballenas jorobadas se comunican respetando reglas de sintaxis y
gramática. “Siempre durante las reuniones en SETI nos preguntamos
‘¿Estamos solos?’, y no, no lo estamos, hay muchos animales que se
comunican aquí mismo que no podemos entender”.
Joan Ocean dice que los delfines le enseñaron a comunicarse telepáticamente, lo cual, además de conquistarle una magnífica relación con todos los cetáceos, le ha permitido entablar conversaciones y recibir visitas de extraterrestres o “personas de las estrellas.” Aunque para muchos estas afirmaciones parecen ser los desvaríos de una persona demente o la manipulación de un culto new age, al menos Ocean mezcla conceptos como los delfines, la teleportación, los portales dimensionales en el fondo del mar y los extraterrestres con cierta frescura y alegría.
Joan Ocean entró en contacto con los
delfines a través del brillante —y algo desquiciado— científico
estadounidense John Lilly, quien experimentara comunicándose con estos
mamíferos usando LSD y ketamina (en alguna ocasión incluso dosificando a
un delfín con LSD). Lilly, quien inventó las cámaras de aislamiento,
sostuvo que era posible comunicarse telepáticamente con los delfines y
aprender su lenguaje. Algo que Ocean dice experimentar, hasta al punto
de que lleva treinta años en Hawái organizando cursos y simposios de
comunicación e interacción con delfines y ballenas —y en los últimos
años con extraterrestres.
El mes pasado se llevó a cabo el
simposio de Delfines y Teleportación en Hawái, organizado por Joan Ocean
y Laura Magdalen Eisenhower, esta última bisnieta del presidente
Dwight Eisenhower. Y si las cosas ya estaban volando por dimensiones
estrambóticas, un poco más de meta bizarría cósmica: Laura Magdalene
dice ser un avatar de Isis-María Magdalena que ha sido invitada a una
colonia secreta en Marte por programas secretos del gobierno de Estados
Unidos, desde donde se ejerce una Matrix de control. Según Laura
Magdalen, desde los años 80 se ha establecido esta colonia, a la cual se
viaja vía teletransportación y donde se busca usar el poder de la
sangre real (el santo grial) para inseminar una nueva civilización, al
tiempo que la Tierra se destruye. Este sería el plan de la élite que
controla el planeta y busca suprimir el espíritu del divino femenino de
la Tierra, Gaia Sophia. Un usuario de Boing Boing ha escrito este genial limmerick inspirado en esta mujer-avatar:
There was a descendant of Dwight
whose speed was much faster than light
she went out to play
with the dolphins one day
and returned on the previous night.
whose speed was much faster than light
she went out to play
with the dolphins one day
and returned on the previous night.
Y es que ese es otra singularidad de
este asunto: según Joan Ocean los delfines y algunos extraterrestres
conocen las claves del viaje en el tiempo. Existen también naves
espacial submarinas que atraviesan agujeros de gusano transocéanicos,
algunas de las cuales han sido vistas por ella y su grupo de nadadores
con delfines telepáticos, siguiendo el hilo azul de la comunicación
cetácea.
Joan Ocean dice estar en contacto con
entidades de Sirio, Artcurus, Andrómeda y las Pléyades, el grupo de
extraterrestres que se confedera alrededor de la luz, una élite
galáctica de seres super evolucionados que, cual ángeles, asisten el
desarrollo espiritual del planeta. La comunicación de estos seres, que
de alguna manera están hermanados con los delfines, se da a través de
telepatía: imágenes acústicas no-lineales de meta-sinestesia en las que,
siempre según Joan, ve un rostro, pero también siente una emoción,
escucha una voz, percibe una energía y en ocasiones incluso toda la
historia del sujeto de esa comunicación.
Según Ocean las personas se pueden
beneficiar enormemente de entrar en contacto con los delfines, ya que
estos son capaces de sanar a través del sonido y enseñar conocimientos
arcanos telepáticamente (y esto es algo que ella ofrece,
convenientemente, en sesiones de nado con delfines en Hawái). Fueron los
delfines los que le enseñaron a hablar el lenguaje de las estrellas y
antes a nadar cuando tenía 40 años (Joan recomienda girar debajo del
agua imitando a los delfines para sanar el cuerpo energético y activar
las espirales del ADN). En esta entrañable relación, Ocean ha demandado
a la fuerza naval de Estados Unidos por utilizar sonares que matan a
las ballenas, argumentando que estas armas están siendo usadas
expresamente para acabar con los cetáceos, una extraña guerra entre el
gobierno secreto y las ballenas y los aliens.
No hay duda que todo esto es difícil de
creer, pero suena bien, tiene cierta poesía: delfines telepáticos que
emanan imágenes sónicas medicinales, que cuidan del mar, pastores de las
naves intergalácticas que conocen los vórtices interdimensionales, los
corales luminosos donde los seres de las estrellas sueñan con sus
planetas y acaso pueden viajar en el tiempo. Esta es la sustancia de la
cual están hechos los sueños de ciencia ficción, una rama de la
imaginación que tiende a convertirse, tarde o temprano, en realidad.
Luz, Amor Armonía Bendiciones!!!!
Uuk men Luum